Lucha contra el fuego

En caso de incendio, hay pocas posibilidades de que el fuego se propague de una vivienda a otra, pero sí existe la posibilidad de que se propague a los árboles de alrededor. En caso de incendio, se enviarán camiones de bomberos del gobierno local y, si el incendio es lo suficientemente grande, también se enviará apoyo de los municipios vecinos, pero para la lucha inicial contra el fuego, los propios residentes utilizarán las pequeñas bombas contra incendios que siempre están disponibles en sus casas. Si se prevé que el fuego se extienda a los árboles circundantes en las primeras fases, se rociará primero con agua esos árboles para minimizar los daños.




Para ello, se instalarán bocas de incendio en el sistema de suministro de agua cerca de cada residencia. Las bocas de incendio no serán bocas de incendio sobre el suelo con palos que sobresalen, sino bocas de incendio subterráneas de tipo pozo. Este hidrante subterráneo se instalará en el punto donde el suministro de agua se ramifica hacia la residencia. En el mismo lugar que la boca de riego, se empotrará una pequeña bomba de incendios y una caja de almacenamiento que contenga una manguera para que los residentes puedan iniciar inmediatamente la lucha contra el fuego. La longitud de la manguera debe ser de al menos 20 metros, ya que debe poder ir desde la boca de riego hasta la parte trasera de la casa.




El gobierno local, dirigido por el Departamento de Medicina y Alimentación, debe planificar una vez al año simulacros de extinción de incendios por parte de los residentes. Por ejemplo, una vez al año, en la mañana del día de las elecciones, cinco o cuatro ayuntamientos se reúnen para realizar un simulacro.

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